El 18 de mayo de 2022 marcó un hito en la historia de nuestra universidad: se llevaron a cabo, por primera vez, las elecciones de representantes estudiantiles para el Consejo Superior del Postgrado. En este proceso, Víctor Flores Collao, estudiante del Magíster en Filosofía de las Ciencias, resultó elegido con el 60 % de los votos de los estudiantes de magíster académico que participaron. Este mes de mayo, Víctor, egresado de nuestro programa, quien obtuvo la calificación máxima en su tesis titulada "Implicancias éticas del uso de robots en el cuidado de adultos mayores", concluye su rol como representante estudiantil en el Consejo Superior del Postgrado. Por consiguiente, quisimos conocer su experiencia.
¿Cómo comenzó todo esto?
Creo que fueron varias cosas a la vez. A nivel de programa, contábamos con un representante que actuaba como enlace entre las autoridades departamentales y los estudiantes, lo que constituía una pequeña estructura estudiantil. Por tanto, cuando se abrió la convocatoria para postular al cargo de representante, esta vez a nivel de toda la universidad, pensamos: "¿Por qué no?". Era un desafío importante y contaba con el apoyo de mis compañeros. Decidimos empezar a trabajar en conjunto y, por qué no decirlo, a reflexionar sobre lo que significa ser estudiante de postgrado en el contexto de una universidad como la USACH. Desde esta posición, buscamos repensar y cuestionar lo que entendemos como universidad pública.
En este sentido, ¿cómo contribuyó el Departamento de Filosofía en tu rol de representante?
Sin duda alguna, tuvo un aporte fundamental tanto en la postulación como en el ejercicio del cargo. En ese momento estaba cursando el seminario "Problemas ético-políticos en ciencia y técnica" con la profesora Diana Aurenque. Ahora que lo pienso en retrospectiva, ¿qué mejor manera de problematizar y reflexionar críticamente desde la ética que formar parte del consejo superior, el organismo donde se toman las decisiones más importantes del postgrado en la universidad? Además, ¿qué sería de la filosofía si no fuera por su capacidad de cuestionar al poder? En este curso, surgió lo que yo denominé el "team ética": un grupo de compañeros del magíster que decidimos involucrarnos en esta elección. Fueron sin duda el mejor equipo de campaña, acompañándome en visitas a compañeros de otros programas de magíster para discutir sus inquietudes, aspiraciones y preocupaciones. Sin ellos, habría sido imposible. Asimismo, todo el programa brindó su apoyo para que formara parte del consejo, facilitando y colaborando en todas las acciones, lo que hizo más llevadera esta gran responsabilidad. Agradezco infinitamente a todos, especialmente a la académica Diana Aurenque, al Director del programa Sebastián Briceño, al académico Wilfredo Quezada, quien me dio la oportunidad de ser ayudante de lógica simbólica, al actual director del departamento Marcelo Díaz y a mis compañeras Patricia y Susana, y mis compañeros Alan y Pedro.
¿Cuáles fueron los principales desafíos y logros de tu gestión?
Fue bastante complejo al principio, ya que no teníamos una estructura estudiantil establecida, como una federación de estudiantes de postgrado, y muchos compañeros de otros programas se acercaban con problemas administrativos. Inicié mi gestión canalizando y actuando como puente de comunicación entre la autoridad y los estudiantes del programa de Historia respecto al no pago de sus becas. Además, el cambio de rector dificultó el inicio, ya que las nuevas autoridades estaban empezando su mandato. Afortunadamente, la nueva autoridad apoyó nuestro trabajo. Nos reunimos con el Rector Rodrigo Vidal y el Vicerrector de Postgrado Humberto Prado para abordar los problemas de los diferentes programas de magíster en la universidad. En este sentido, pudimos mejorar la gestión y la entrega de credenciales universitarias, solicitar horarios diferidos para los trámites que demanda la universidad (finanzas, salud, matrícula, entre otros) y especialmente, abordar las necesidades particulares de los estudiantes de postgrado en cuanto a seguridad en el campus, especialmente en el contexto del regreso a clases presenciales después de la pandemia, mayoritariamente en horarios vespertinos. La universidad reconoció y pudo integrar en su plan de seguridad las necesidades y demandas del estudiantado de posgrado, lo cual fue un logro significativo, aunque complejo, ya que involucraba a la municipalidad, gestión del campus y entidades gubernamentales. Creo que el principal desafío pendiente es la diferenciación entre programas centralizados y descentralizados. Estoy convencido de que somos una única universidad, y esta diferenciación, en mi opinión, dificulta la construcción de un sentido de pertenencia y una comunidad real de estudiantes de postgrado.
¿Cuál es tu mensaje principal para tus compañeros de magíster y cómo crees que podrían influir en el futuro de la comunidad estudiantil de postgrado?
Invitaría a mis compañeros de magíster a participar en las nuevas elecciones de representantes. Aunque nuestro programa sea pequeño en cuanto a cantidad de alumnos, asumimos una gran responsabilidad. Somos esos tábanos socráticos, con la función crítica y desafiante del filósofo, que busca estimular el pensamiento y la reflexión en los demás. Como lo expresan ciertos filósofos, "Hacer filosofía es rascarse donde no pica", lo que implica cuestionar aquello que se nos dice que no debemos preguntar. En un sistema donde los postgrados muchas veces son percibidos como meros "títulos", tal vez debamos reflexionar sobre lo que realmente significa tener un postgrado y la responsabilidad social que conlleva. Podemos influir, para bien o para mal, en la calidad de vida de las personas.
Finalmente, deseo expresar mi gratitud a todas las personas mencionadas anteriormente, así como a mi familia (Iris, Víctor, Enrique), mis amigos: Nicolás, Matías, Macarena y Belén, a la jefa de departamento de gestión de postgrado, Andrea Farias, y a la actual Vicerrectora de Finanzas y Logística, Karina Arias.